En la entrada “Metaforizando la semántica” se mencionaron como ejemplos de variación semántica las metáforas y la etimología popular para demostrar las variables que puede adquirir el contenido en disposición con su expresión. Esto será tratado más a fondo a continuación.
La etimología popular (como Saussure lo denomina en su Curso de Lingüística (1916)) consiste en el habla como sistema paralelo al idioma que se produce cuando cambia el sentido de las palabras de acuerdo al uso que le da una cultura determinada. Los cambios en la etimología popular no son de un momento a otro, sino que estos fenómenos se dan a través del tiempo y tampoco son realizados por un ser en particular, ya que es cambio en el uso y sugiere esto un cambio a nivel colectivo. De ser realizado por un ser en particular, estaría transgrediendo una de las 4 características del signo, ya que este es inmutable, pero, a su vez puede ser mutable, cambiando su relación entre significado y significante produciendo cambios diacrónicos.
Esto es lo que sucede la denominada etimología popular. Al transcurrir el tiempo la relación entre el significado y el significante de cierto elemento en la lengua varía; cómo explica Saussure en su curso de lingüística general: “Estas innovaciones, por estrafalarias que sean, no se hacen completamente al azar; son tentativas de explicar aproximadamente una palabra dificultosa relacionándola con alguna cosa conocida” (Saussure, 1916). Los cambios se realizan por comodidad, para lograr hacer cercanas palabras que pueden resultar complicadas para alguna cultura en particular o por connotación producto de los eventos que tomen partido en cierta cultura en un tiempo determinado y así, por motivos más bien de contexto.
Resulta esclarecedor al respecto el hecho de que se produzcan diferencias léxicas por motivos geográficos incluso dentro del mismo país en que todos hablan una solo idioma. Como sucede con expresiones chilenas como tirar o marraqueta. Otro ejemplo (y decidor este de lo que afirmaba Saussure (1916) respecto al cambio por comodidad) es lo que sucede con el término metafísico que el común de la gente entenderá como una alusión a temas esotéricos, misteriosos en sí como algo más allá de la comprensión netamente física, pero no con todo lo que en términos académicos y filosóficos quiere decir esta palabra. Así, por comodidad se entiende por algo “más allá de lo físico” pero no como un concepto de real valoración (al menos académicamente).
Estas variables en una palabra, logran cambiar su significado agregando, así, un sentido más a una palabra, afectando de esta forma su campo semántico virtual, lo que no quiere decir necesariamente que se “dañe” su significación, sino que lo enriquece de nuevas acepciones que son comunes para las personas y les permite expresarse de diversos modos.
La etimología popular (como Saussure lo denomina en su Curso de Lingüística (1916)) consiste en el habla como sistema paralelo al idioma que se produce cuando cambia el sentido de las palabras de acuerdo al uso que le da una cultura determinada. Los cambios en la etimología popular no son de un momento a otro, sino que estos fenómenos se dan a través del tiempo y tampoco son realizados por un ser en particular, ya que es cambio en el uso y sugiere esto un cambio a nivel colectivo. De ser realizado por un ser en particular, estaría transgrediendo una de las 4 características del signo, ya que este es inmutable, pero, a su vez puede ser mutable, cambiando su relación entre significado y significante produciendo cambios diacrónicos.
Esto es lo que sucede la denominada etimología popular. Al transcurrir el tiempo la relación entre el significado y el significante de cierto elemento en la lengua varía; cómo explica Saussure en su curso de lingüística general: “Estas innovaciones, por estrafalarias que sean, no se hacen completamente al azar; son tentativas de explicar aproximadamente una palabra dificultosa relacionándola con alguna cosa conocida” (Saussure, 1916). Los cambios se realizan por comodidad, para lograr hacer cercanas palabras que pueden resultar complicadas para alguna cultura en particular o por connotación producto de los eventos que tomen partido en cierta cultura en un tiempo determinado y así, por motivos más bien de contexto.
Resulta esclarecedor al respecto el hecho de que se produzcan diferencias léxicas por motivos geográficos incluso dentro del mismo país en que todos hablan una solo idioma. Como sucede con expresiones chilenas como tirar o marraqueta. Otro ejemplo (y decidor este de lo que afirmaba Saussure (1916) respecto al cambio por comodidad) es lo que sucede con el término metafísico que el común de la gente entenderá como una alusión a temas esotéricos, misteriosos en sí como algo más allá de la comprensión netamente física, pero no con todo lo que en términos académicos y filosóficos quiere decir esta palabra. Así, por comodidad se entiende por algo “más allá de lo físico” pero no como un concepto de real valoración (al menos académicamente).
Estas variables en una palabra, logran cambiar su significado agregando, así, un sentido más a una palabra, afectando de esta forma su campo semántico virtual, lo que no quiere decir necesariamente que se “dañe” su significación, sino que lo enriquece de nuevas acepciones que son comunes para las personas y les permite expresarse de diversos modos.